jueves, 20 de mayo de 2010

Por la Paz



Estimados amigos.

En estos días tan violentos en México, debemos darnos la oportunidad de reflexionar sobre los acontecimientos más recientes en el país.

Nadie quiere ver sufrir a nuestras familias y mucho menos vernos acosados entre dos fuegos, de armas que pueden dañar a nuestros seres queridos, dado que a últimas fechas, muchas personas inocentes han quedado atrapadas entre las balas de sicarios como de autoridades y al final el saldo rojo lo ponemos la sociedad civil.

Basta ya de ver en todos los medios solo violencia y dolor, esto no da ejemplo a nuestros niños de lo que queremos para ellos, o que me lo diga cualquier persona que esté ligado tanto de un bando como de otro, si les caería bien que una criatura cercana a ellos tuviera la suerte de encontrarse con la muerte, regalo de las balas ajenas a su vida, cortando la existencia de lo más hermoso que tenemos, nuestra niñez.

Educación y amor es lo único que cambiara a esta sociedad, y no hablo solo de este entorno, sino que el mundo entero debemos pensar muy bien que va a ser de los ángeles que Dios nos dio, para llevarlos a un plano mejor del que nos toco a nosotros, les debemos mucho a estas criaturas inocentes y ajenas a los hechos que a diario sacuden al planeta.

Ya vieron con que amor se despide su hijo en la mañana cuando se va a la escuela y usted al trabajo, con la esperanza de que al final del día usted pueda volver a besar a su hijo, nieto, sobrino, padre o madre, abuelos o tíos, o al ser querido con el que día a día lleva una relación, puede ser su vecino, el tendero el señor que le vende el periódico en la esquina, puede ser cualquier persona, usted o yo.

Que va a ser de mi nieto, cuando me digan que se lo llevo la autoridad arrestado por portación de arma o que ha sido agredido por otros jóvenes, los cuales jamás tuvieron oportunidad del amor y educación.

Herencia, muchos afortunados han tenido la oportunidad de recibir algo de quienes los antecedieron, pero de qué sirve que les hayan dejado bienes o dinero, si lo que carecen es de educación y amor, de los valores que dicen los jóvenes de hoy que no sirven para nada, que solo son una pérdida de tiempo, en esta vida de agresión y desamor, donde la educación familiar se ve como un objeto antiguo que no sirve para nada, reliquia sin valor alguno para los jóvenes, donde el respeto por los adultos y ancianos es cosa del pasado, donde es más fácil ofender a una mujer a un niño o a la abuela.

Donde estas abuelita linda, donde está tu mano que me enseño a pasar la calle con cuidado, donde está tu mano que me dio de comer y me abrigo, donde está tu mano que bendijo mi vida hasta el día de hoy, como extraño tu sopa caliente y tu consejo, como extraño ver tus ojos de llenos de alegría al verme y tu abrazo amoroso, diciéndome que me portara bien, porque Dios ve todo, abuelita linda como extraño tu café y tus molletes, como extraño cuando te acompañaba al mercado y de regreso mi premio era un helado o una barra de cacahuate, donde estés abuelita mira bien lo que me has enseñado, porque no se me ha olvidado, porque me has dejado valores que no puedo comprar en la tienda más lujosa, gracias abuelita por haberme enseñado a respetar a mis mayores pero también a los niños, a las plantas y animales, a darme cuenta de lo hermoso que es vivir en armonía, gracias abuelita muchas gracias por esos días.

Si tan solo se dieran oportunidad de acordarse de este ser, el más emblemático de la familia, si usted que me hace el favor de leer estas líneas, pregúntese si en estos últimos días ha ido a ver a su abuelita o a su mamá.

Dese oportunidad de ir a abrazarlas y darles un beso, pero porque no, también a su hermana mayor o a sus veinte hermanos o solo al único que Dios le dio, valla a ver a su familia, hables por teléfono si están muy lejos, pero no pierda la oportunidad hacerlo.

Como se siente ahora de recibir besos y abrazos de los suyos, de haber compartido una comida y un café para platicar de sus cosas, si esas cosas que son de ustedes de nadie más, de ver a la familia y de pedir porque siempre este ahí, de recibir la bendición de su madre y de su abuela si todavía las tiene, déjese apapachar por su familia, oh que.. No se lo merece.

Llegue con los suyos y demuestre cuanto los quiere y olvide los favores y malos momentos que le deben, porque hoy es el día de demostrar quién es usted en verdad, dele gracias a Dios de lo que le ha dado, de que no está solo porque usted tiene una familia a quien amar.

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